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jueves, 3 de diciembre de 2015

Se proyecta un fuerte crecimiento de la industria del etanol en el país

Agroindustria. En 2016, la Argentina produciría 900 millones de litros, según una estimación del USDA. Es el doble que en 2013.

Fuente: Clarín

La planta de etanol de Bio 4, en Río Cuarto, es una de las más importantes del país.

La industria del etanol acelera en la Argentina. Hasta el 2008 casi no se producía un solo litro de este biocombustible. En el 2015, en cambio, esta agroindustria generará unos 800 millones de litros y en el 2016 se superarían las 900 millones de litros, según un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). A nivel mundial, un 6% de la producción de cereales ya se procesa para obtener este biocombustible.

Este ritmo de crecimiento se sostiene en dos ejes: el complejo azucarero del NOA, en donde se produce etanol a partir de la melaza de la caña de azúcar; y las nuevas plantas que en Córdoba, San Luis y Santa Fe generan este biocombustible en base al maíz.

“El USDA espera un fuerte aumento en el consumo doméstico de etanol para el 2016 del 35% respecto de 2014. También proyecta que crecerá la capacidad de producción teórica de etanol y su nivel de utilización en el 2016, pero no se instalarán nuevas plantas”, señala un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que elaboraron Julio Calzada y Carina Frattini.


El año que viene, se estima que se procesarán 1,3 millones de toneladas de maíz para obtener biocombustible.

En la Argentina, las principales plantas productoras de etanol de maíz son las de Promaíz (Alejandro Roca, Córdoba), ACA Bio (Villa María, Córdoba), Diaser (San Luis), Bio 4 (Río Cuarto, Córdoba) y Vicentín (Avellaneda, Santa Fe). Entre las cinco generan algo más de la mitad del etanol que produce el país (el resto se obtiene a partir de la caña de azúcar), que se destina en su totalidad al mercado interno (no se exporta un solo litro).

“La capacidad de producción total de estas cinco fábricas ronda, aproximadamente, los 500 millones de litros anuales. En tanto que hay nueve plantas locales de molienda azucarera en el noroeste argentino que producen bioetanol con una capacidad de aproximadamente 450/500 millones de litros de etanol al año”, precisa la Bolsa rosarina.

En Chaco, además, este año se anunció la construcción de una nueva planta de etanol que produciría 100 millones de litros más por año, con la melaza como insumo, pero no comenzaría a producir hasta el 2017.


A partir de la melaza de la caña de azúcar, se obtiene casi la mitad del etanol argentino.

La proyección del crecimiento en la producción argentina de etanol se relaciona con la probabilidad de que aumente dos puntos porcentuales el corte de la nafta con este biocombustible (en la actualidad es del 10%), un reclamo de la industria que produce etanol, sobre todo del complejo azucarero del NOA, al que no le conviene exportar azúcar porque la fuerte caída en la cotización internacional de este producto.

En relación al porcentaje de corte hay ciertas tensiones con la industria automotriz, que viene de dos años muy duros, y cuyos referentes han planteado sus dudas frente a posibles problemas con los motores y la extensión de garantías.

“La asociación local de etanol a partir de grano indica que han hecho estudios que muestran que la nafta puede ser mezclada con un 20% de etanol sin afectar a los motores. Las experiencias de los países vecinos Brasil y Paraguay son buenos casos que apoyan las mezclas de 20% a 25% de etanol”, sostiene el informe de la Bolsa rosarina.



En Jujuy, la planta de Ledesma produce este biocombustible desde el 2010.

Según el USDA, no se espera que la Argentina embarque etanol hacia el mercado externo en el 2016. “Los bajos precios internacionales del petróleo y los altos costos locales de producción desalientan las exportaciones. A las empresas locales les conviene abastecer el mercado interno, que es más rentable”, reconoce la Bolsa rosarina.

Hay otro elemento que puede incidir en el mercado de este biocombustible. Hasta el 11 de diciembre, las retenciones a las exportaciones de maíz (20%) favorecían a los productores de etanol, que compraban el cereal a un precio más bajo que el internacional. Con la eliminación de los derechos de exportación que anunció el nuevo Gobierno, el precio del insumo va a aumentar, aunque en el rango de las bajas cotizaciones que viene caracterizando al mercado mundial de granos durante los últimos dos años.

Con el desarrollo de la industria del etanol, en el centro del país, también avanza un negocio muy interesante: los granos de destilería (DGS, por sus siglas en inglés) que surgen del procesamiento del maíz y que se utilizan como insumo para producir alimento balanceado y como parte de la dieta en tambos y feedlots.

Hay tres plantas argentinas de etanol que están exportando este insumo a Chile, Uruguay y a países del sudeste asiático. En el caso de los granos de destilería húmedos con solubles (WDG’S, por sus siglas en inglés), son comercializados principalmente en feedlots y tambos localizados a no más de 300 kilómetros de distancia de las plantas.

El desarrollo de la industria del etanol es clave para la cadena maicera. La Argentina es el cuarto exportador mundial del cereal, con un promedio de alrededor de 15 millones de toneladas en los últimos 4 años, a pesar de los cupos para exportar y la falta de estímulos al cultivo.

Según la Bolsa rosarina, el consumo interno oscila entre las 9 y 10 millones de toneladas, con los criaderos de aves de corral, feedloteros e industrias lácteas como principales consumidores. La industria del etanol en el 2016 demandaría unas 1,3 millones de toneladas

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