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martes, 1 de septiembre de 2015

Argentina logró clonar chitas, por primera vez en el mundo

La experiencia permitiría avanzar en la clonación de otras especies locales que están en peligro de extinción, como el yaguareté. También trabajan con leopardos y tigres.
(Foto: Ferdinand Svehla; Flickr: https://goo.gl/ieUU3e; CC https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)(Foto: Ferdinand Svehla; Flickr: https://goo.gl/ieUU3e; CC https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)
(SLT-FAUBA) Argentina logró clonar ejemplares de chita por primera vez en el mundo, en el marco de un programa de investigación de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) orientado a proteger animales que están en peligro de extinción. Si bien hasta ahora los resultados sólo se alcanzaron con embriones in vitro (en el laboratorio), la experiencia serviría para avanzar en la reproducción de otras especies de felinos que también corren riesgos en el país, como el yaguareté.


La clonación de chitas fue realizada por el Laboratorio de Biotecnología Animal (LABA) de la FAUBA, dirigido por Daniel Salamone. Este equipo de investigación también logró obtener, en 2003, los primeros bovinos transgénicos de América latina, capaces de generar hormonas de crecimiento humano e insulina en su leche; y en 2010 clonaron los primeros caballos de la región.
embrion de chita
Embrión de chita luego de 7 días de cultivo in vitro, tras la clonación
“Producimos embriones de chitas en el laboratorio utilizando el material genético de óvulos de gatos que fueron castrados por clínicas veterinarias y en campañas de esterilización municipales, y que de otro modo se hubieran descartado; y células obtenidas a partir de la piel de chita, proporcionadas por el Zoológico de Buenos Aires”, dijo Salamone.
Al respecto, advirtió que el LABA mantiene un convenio de colaboración con el Zoológico que sólo implica pruebas de laboratorio y no nacimientos. Es decir, los embriones se desarrollan apenas siete días in vitro, durante los cuales se realizan estudios de clonación y reproducción asistida, que a la vez también podrían servir para generar células madre utilizadas en medicina regenerativa de animales.
Lucía Moro
El trabajo parte de la tesis doctoral de Lucía Moro. Foto: Luis Pozzi
El trabajo de clonación del chita formó parte de la tesis doctoral de Lucía Moro, bajo la dirección de Salamone. La investigación se publicó en la edición de marzo de la prestigiosa revista Reproduction. Ambos investigadores habían publicado en 2014 otro estudio que sirvió de base para la clonación de esta especie y de leopardos, cuando se abocaron a la producción de embriones de fecundación y testearon la viabilidad del banco de semen del Zoológico de Buenos Aires.
“En 2014 habían operado un leopardo en el Zoológico al cual debieron extirparle los ovarios por una infección uterina. Con este material, cedido por la institución, obtuvimos las gametas con las cuales logramos producir embriones tempranos en el laboratorio luego de inyectarles espermatozoides por la técnica ICSI (inyección intracitoplasmática del espermatozoide), desarrollada en nuestro laboratorio, que se aplica en animales con problemas de fertilidad”, informó Moro. El material genético fue procesado por Adrián Sestelo, técnico del Zoológico, que colabora desde hace cuatro años en proyectos con felinos salvajes.
“Ahora estamos preparando otro trabajo con clonación de tigres”, adelantó Salamone.
Yaguareté y otras especies nativas
El Laboratorio de Biotecnología Animal de la FAUBA trabaja con animales destinados a la producción y especies domésticas. Sus mayores aportes de conocimiento se concentran sobre equinos, bovinos, ovinos y felinos, que también tienen parientes salvajes y en peligro de extinción. “Por eso pensamos que las tecnologías que desarrollamos para especies domésticas, pondríamos usarlas para preservar otras salvajes cuya supervivencia está en riesgo”, señaló su director.
Actualmente, los investigadores trabajan con germoplasma del Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires, que conserva un amplio número de especies locales y extranjeras, y apuesta a firmar nuevos convenio con otras instituciones que realizan estudios en diferentes especies.

Salamone: Podríamos usar las tecnologías que desarrollamos para preservar especies cuya supervivencia está en riesgo. Foto: Luis Pozzi
Sin duda estas investigaciones nos permiten aprender más desde el punto de vista básico e ir afinando muchas tecnologías que van a permitir, de ser necesario, una reproducción asistida en especies locales protegidas -que son más de 10-, de las cuales quedan muy pocos ejemplares, como el yaguareté. Ya mantuvimos reuniones con el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación para aunar esfuerzos entre todos los investigadores que estamos trabajando en el tema y acelerar los proyectos”, sostuvo Salamone.
Más allá de la utilidad de estas tecnologías, los investigadores destacan la importancia de conservar el medio ambiente donde viven los animales: “El yaguareté, que es uno de los felinos mayores junto con el puma, es una suerte de animal paraguas porque si protegemos a esta especie y su hábitat, indirectamente estamos conservando a una gran cantidad de otros animales”.

Células madre

Uno de los objetivos fundamentales de los trabajos que desarrollan los investigadores de la FAUBA es obtener células madre a partir de las clonaciones, con las cuales se podrían curar a los animales existentes. Salamone incluso fue más allá de esta meta: “Nuestro máximo sueño es llegar a producir gametas -ovocitos y espermatozoides- que harían mucho más fácil producir una cría y evitar que se pierdan esos recursos genéticos, especialmente de animales envejecidos o que mueren abruptamente. Es probable que en el futuro podamos curar a esos animales, además reproducirlos”.
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Sistema del microscopio con el cual se realiza la clonación.
Por último, con respecto a uno de los cuestionamientos que suelen hacerse a la clonación, relacionados con la baja variabilidad genética, consideró: “En realidad, a partir de esta tecnologías podemos conservar los recursos existentes. Por ejemplo, una reserva donde viven cinco yaguaretés de más de 15 años (edad en la que mueren en la naturaleza, aunque en cautiverio puede llegar a los 25) recientemente atropellaron a dos animales, que van no van a poder tener descendencia. Entre las 24 y las 48 hs de ese accidente, nosotros podemos sacar células de la piel de esos yaguaretés (también de los animales añosos) y a partir de ellas producir un animal joven, dando la oportunidad de que esa genética no se pierda y aumentando la variabilidad de esa población”.

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