La visita que Cristina Fernández de Kirchner ha realizado a Rusia este mes de abril ha tenido un marcado carácter comercial. El comercio bilateral entre los dos países está cayendo y ambos necesitan ideas frescas que modifiquen esta tendencia.
Cristina Fernández de Kircher a su llegada a Moscú. Fuente: Ilyá Pitalev/RIA Novosti.
La víspera de la visita oficial de la presidenta argentina a Moscú se celebró el foro empresarial ‘Rusia-Argentina’, presidido Dmitri Titov. Más de 130 representantes de los círculos gubernamentales y empresariales fueron recibidos por los copresidentes de la comisión intergubernamental Serguéi Dankvert y Luis Kreckler.
En opinión de los asistentes los dos países deben modificar las bases del comercio bilateral. Se han puesto como referencia un monto de 5.000 millones de dólares. Aseguran que para conseguirlo conviene crear empresas conjuntas que aboguen por la innovación y el desarrollo tecnológico, aumentar la proporción de la fabricación de maquinaria en la cuota de comercio y reforzar las relaciones interregionales.
Las estadísticas del volumen de comercio exterior rusas y argentinas difieren sustancialmente. Por ejemplo, de acuerdo con el Instituto de Estadística y Censo de Argentina, el intercambio comercial ascendió el año pasado a cerca de 2.000 millones de dólares. Por su parte, según las estadísticas rusas, el intercambio fue más modesto —solo de 1.300 millones de dólares—. Sin embargo, los dos organismos estadísticos coinciden en que el comercio está descendiendo: un 10,8 % según los datos rusos y un 15 % según los argentinos).
La razón principal de esta dinámica negativa ha sido la depreciación de las exportaciones rusas, debida a la bajada de precios de los recursos energéticos y de otros productos a nivel mundial. Como consecuencia, las exportaciones rusas cayeron bruscamente, mientras que las argentinas, aunque a un ritmo más lento, crecieron. Sin embargo, determinadas mercancías del país euroasiático—como los fertilizantes, los laminados planos o el azufre— también aumentaron. El suministro de caucho sintético ascendió a 3,4 millones de dólares, mientras que en 2013 apenas hubo demanda de este material. Por otra parte, no se puede decir que las exportaciones argentinas estén diversificadas, ya que más del 80 % de estas se enmarcan en el mercado alimentario.
El volumen del comercio bilateral ruso-argentino lleva dos años seguidos cayendo. En 2013, no fue muy pronunciado, pero en 2014 el ritmo de descenso se aceleró. No obstante, si seleccionamos un periodo más largo, la situación no parece tan grave. De acuerdo con Vladímir Putin, el comercio bilateral se ha multiplicado por 3,5 en los últimos diez años. Tras la visita de Kirchner a Rusia, se abre la posibilidad de devolver el comercio a la senda del crecimiento.
Más allá de los acuerdos estratégicos, Rusia y Argentina están negociando la puesta en marcha de proyectos industriales de gran envergadura. Por ejemplo, la rusa Uralmash planea crear una empresa conjunta para la fabricación en Argentina de maquinaria de extracción. También se está desarrollando el proyecto de construcción de la central hidroeléctrica Chiuido-I, dirigido por un consorcio de empresas entre las que se encuentra Inter RAO – Export, filial del gigante energético ruso Inter RAO. El banco Vneshekonombank está dispuesto a proporcionar un crédito de 1.200 millones de dólares para el suministro de equipos rusos y el pago de parte del contrato. Inter RAO ha sido seleccionada para el suministro de todo el equipamiento hidráulico y electromecánico para la central, además de para construir ‘llave en mano’ parte de la red de distribución eléctrica y una subestación eléctrica.
Por otra parte, todavía se puede ampliar más la colaboración en el sector agrícola. El director de Rosseljoznadzor, Serguéi Dankvert, y el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina, Carlos Casamiquela, han firmado un programa de colaboración para los años 2015 y 2016. Al no apoyar las sanciones derivadas de la crisis de Ucrania, Argentina ha tenido la oportunidad de ocupar los nichos que han quedado libres en el mercado ruso. Como resultado, el suministro de ternera Argentina a Rusia aumentó el año pasado 1,5 veces y el de los quesos se multiplicó por tres. También aumentó significativamente la importación de mantequilla, pescado y marisco congelado procedente del país sudamericano. Este éxito podría consolidarse.
La rusa Gazprom también ha firmado un memorando de cooperación con la compañía petrolífera estatal argentina YPF. Los socios están discutiendo la posibilidad de realizar proyectos conjuntos de prospección y explotación de yacimientos de gas en el territorio argentino. Gazprom participa ya en la preparación de un modelo general de desarrollo para el sector gasístico argentino, y se está considerando la posibilidad de explotar conjuntamente los yacimientos de hidrocarburos de Argentina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario