ANSES implementará un sistema de identificación de beneficiarios a través de la lectura de huellas digitales, que busca facilitar la gestión de trámites y evitar fraudes en el cobro de jubilaciones.
ANSES implementará un sistema de recolección de datos biométricos que buscará evitar fraudes al Estado mediante el cobro de jubilaciones de personas fallecidas. Actualmente, para evitar esta clase de fraude se le pide a cada beneficiario de ANSES que de fe de vida períodicamente en el banco donde cobra. Mediante este nuevo sistema, la fe de vida se dará apoyando la huella digital en tótems de información provistos por ANSES, que estarán ubicados en bancos, oficinas del organismo y, en un futuro, también en lugares públicos como estaciones de tren y supermercados.
En el año 2006, Banco Supervielle implementó un sistema de lectura de huellas digitales con sus clientes para evitar fraudes y también lo usaba para que los jubilados pudieran cobrar sin necesidad de llevar su documento de identidad. Otros bancos también estaban analizando el uso de datos biométricos para identificar a sus clientes como una manera de brindarles mayor seguridad. El proyecto de ANSES se inspiró en este sistema aunque tiene una mayor escala, ya que identificarán cuatro huellas de cada uno de sus siete millones de beneficiarios.
El proyecto, denominado Mi Huella, atraviesa el proceso de enrolamiento de jubilados, pensionados y sus apoderados. De esta forma, se están registrando las huellas en bancos y dependencias del organismo estatal. Cada banco tendrá que hacer la inversión de adquirir un tótem con un sistema que captura la huella y la envía por medio de las redes Link y Banelco a la ANSES. El banco puede diseñar su propio sistema o comprarlo ya diseñado, pero luego debe ser homologado por el INTI para verificar que la calidad de toma de huella sea igual en todas las terminales. Cuando la huella llega a ANSES es convertida en una minucia, que es un número largo e irrepetible basado en los datos biométricos y que identifica esa huella. Posteriormente, ANSES envía esa minucia al Registro Nacional de las Personas (RENAPER), para que éste confirme si esa huella corresponde a la persona mediante la comparación con los datos biométricos que se recabaron en la confección del nuevo DNI.
Una vez que las huellas quedan registradas en el sistema, la fe de vida se genera automáticamente cada vez que un jubilado apoya su huella en un tótem, ya sea para cobrar su jubilación o para realizar cualquier consulta o trámite de ANSES. A partir de junio próximo, todos los cajeros automáticos nuevos deberán tener un lector de huellas digitales para poder pagar jubilaciones.
Sandra Rouget, directora general de Informática e Innovación Tecnológica de ANSES, es la encargada de llevar adelante el proyecto y explica que “las huellas van a estar alojadas en ANSES. Para eso, la parte más importante del proyecto es el motor biométrico donde vamos a alojarlas. Lo único que hace el banco es mandar huellas a nuestro sistema. El banco no se puede quedar con la huella y eso está escrito en una resolución”.
Está estipulado que los bancos recibirán todos los meses un archivo en el que tendrán asentada la última fecha en que cada beneficiario registró su huella en un tótem, por lo que sabrán si está autorizado o no a pagar esa jubilación.
En general, la aplicación de estos sistemas suele acarrear preocupaciones acerca del uso y resguardo de los datos en torno a la privacidad de los mismos. Según Rouget, “ANSES tiene convenios de confidencialidad con otros organismos y provincias mediante los cuales entregamos datos solamente cuando nos lo solicitan. Son convenios que establecen qué datos entregamos, cómo se van a usar y la confidencialidad sobre su uso. Si llega a haber a futuro algún organismo o entidad que nos pida acceso a las huellas por alguna razón, se firmarán los convenios que haya que firmar estableciendo la seguridad sobre el uso de esa información”.
Matías Alonso
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