Resumen 2015 

Madrid
G. S. Forte
Fuente: Infodefensa
Algunas de las plataformas militares más importantes que se desarrollan
actualmente han recibido este año dosis a partes similares de éxitos y
fracasos. El siguiente es un resumen de ambas vertientes.
En el cielo han destacado los duelos entre míticos programas, como el de los
aviones de combate Rafale y Eurofighter, o el de las aeronaves de suministro de
combustible 
A330 MRTT y 
KC-46. A ellos se suma la lucha entre
los gigantes norteamericanos 
Boeing y 
Lockheed Martin,
por un lado, y 
Northrop Grumman, por otro, para hacerse con el
suculento programa de 80.000 millones de dólares con el que dotar a Estados
Unidos de su futuro bombardero de largo alcance. El contrato acaba de ser
adjudicado a Northrop, pero 
las
otras dos compañías están muy lejos de aprobar el resultado. Este asunto va
a dar mucho de sí, como lo lleva tiempo dando el señalado enfrentamiento
Airbus-Boeing a costa de sus aviones cisterna.
A finales de septiembre el avión de abastecimiento 
A330 MRTT de la
firma europea Airbus logró 
suministrar
a un avión de combate norteamericano de quinta generación F-35,
con lo que metió un sonoro gol a su máximo competidor norteamericano, el Boeing
KC-46, que apenas 24 horas antes 
se
ufanaba de haber volado por primera vez.
El 
A330 MRTT es un modelo ya disponible, al contrario que
el 
KC-46, su principal competidor en el mercado, que aún debe
esperar hasta 2017 para estar completado. Este último, en cambio, basa parte de
sus principales bazas en su mejor precio  y las ventajas que siempre aporta
ser el suministrador de la 
Fuerza Aérea Estadounidense, a la
que proveerá de 179 unidades.
En cuanto a la competencia entre 
Rafale y 
Eurofighter,
aquí el primer paso lo dio este año Francia al lograr 
vender
sus primeros aviones de combate Rafale al exterior. Tras dos
décadas de historia del avión en las que no había cuajado ni una sola
exportación, dos encargos más se sucedieron en unos pocos meses. Al primero,
rubricado en febrero por Egipto y valorado en unos 3.000 millones de euros, le
siguió un mes después un 
compromiso
de la India para adquirir 36 por 5.200
millones de euros, y a principios de mayo el 
contrato
por otros 24 para Qatar.
Según explicó su constructor, 
Dassault, tras la firma del
último acuerdo internacional, la firma elevará el ratio anual de producción
hasta las once unidades. Además, los nuevos contratos podrán animar a otros
países, como 
Emiratos Árabes Unidos, a optar por
este modelo en su reabierto proceso de adquisición de sesenta aviones de
combate con los que quiere sustituir a sus 
Mirage 2000-9. Entre
otros posibles compradores internacionales del 
Rafale también
se barajó 
Kuwait, aunque un 
anuncio
de adquisición de helicópteros H225M Caracal evidenciaba
para algunos expertos un intento de compensación por la presumible elección de
otro avión.
Finalmente el 
Eurofighter el que consiguió el compromiso de 
compra
de 28 cazas por unos 7.000 millones de euros para Kuwait. El avión de
capital alemán, británico, italiano y español recibió así su gran noticia de
2015, un año que se salda para sus responsables con un balance agridulce.
Por un lado ha logrado mejorar sus capacidades a través de 
nuevas
inversiones que han resultado muy bien acogidas, como la integración del
radar 
E-Scan y la implementación de misiles 
Brimstone, 
Storm
Shadow y 
Meteor. La ausencia de algunos de estos
avances le llevó con toda probabilidad anteriormente a perder frente al 
Rafale concursos
como el fallado para 
dotar
a la India de nuevos aviones de combate. El caza europeo, que
también acaba de 
mejorar
su aerodinámica, ha sido encumbrado además este año por el Instituto de
Servicios de Estudios de Defensa y Seguridad del Reino Unido (RUSI) como 
el
mejor caza en servicio del mundo, únicamente superado por el
extraordinariamente caro 
F-22 Raptor estadounidense.
Pero, por otra parte, en 2015 se han conocido nuevos defectos de fabricación
similares
a los que en el ejercicio anterior llevaron a Alemania a suspender
temporalmente los vuelos del 
Eurofighter. En esta ocasión,
ocurrida el pasado octubre, de nuevo Alemania congeló temporalmente las
entregas de más unidades por 
un
fallo de producción que afecta a “la conexión entre la aleta y la parte
trasera de la aeronave”. Casualmente, unos días después la 
caída
de un depósito externo de una de las unidades alemanas volvió a hacer
saltar las alarmas.
El 
Eurofighter, en todo caso, es un programa probado, con más de
cuatro centenares de unidades entregadas y por encima de setecientas
encargadas. Este tipo de fallos, de escasa incidencia final, no son tan
determinantes como los más graves que han afectado en otro proyecto de avión
militar multinacional europeo: el del 
A400M.
Este año el modelo insignia de 
Airbus DS sufrió el peor de
los contratiempos que puede experimentar un proyecto al que aún le queda mucho
desarrollo: 
una
de las aeronaves se estrelló en Sevilla mientras era probada y mató a
cuatro de sus tripulantes, trabajadores de la compañía. El desgraciado suceso
atrasó aún más las entregas a los clientes, lo que 
ha
llevado a Alemania a sancionar a la compañía, iniciando así un camino que
podrían seguir otros de sus, de momento, ocho compradores (siete de ellos
socios): Alemania, Francia, Reino Unido, España, Turquía, Bélgica, Luxemburgo y
Malasia.
A todo ello se suman los problemas que están encontrando los desarrolladores
para 
conseguir
que el avión pueda suministrar combustible en vuelo a helicópteros y lanzar
paracaidistas desde sus puertas laterales (sí pueden hacerlo desde el gran
portón trasero).
Para este 2016 se auguran mejoras en el proyecto si cuajan las 
negociaciones
iniciadas para vender varias unidades a Egipto e incluso llega algún
contrato más, posiblemente de Jordania, México o Emiratos Árabes Unidos, cuyas
autoridades se han interesado por el aparato.
Los contratiempos en el 
A400M, en todo caso, tampoco se salen
demasiado de los que afectan a otros grandes proyectos del sector. En el caso
del mayor de todos ellos, el del avión de combate de quinta generación
norteamericano 
F-35, los problemas ya son una constante desde hace
mucho que este ejercicio se ha visto confirmada con creces. A la lista de
fallos que se han sucedido a lo largo de sus catorce años de desarrollo
–incluidos algunos que se han tratado de ocultar, como la 
suspensión
de la recepción de motores después de que en la primavera de 2014 ardiese uno montado
en un aparato justo antes de despegar o el 
uso
ilegal de piezas chinas para tratar de contener el encarecimiento de
la aeronave– se han sumado otros, como la peligrosidad que para los pilotos más
ligeros puede constituir 
su
sistema de asiento eyectable, como reconoció el propio 
Pentágono el
pasado octubre. Tampoco resulta menor el anuncio del nuevo primer ministro
canadiense, 
Justin Trudeau, 
sobre
el abandono de su país como participante del proyecto. Canadá, es uno de
los nueve socios del programa liderado por la estadounidense Lockheed Martin
(los otros son Australia, Dinamarca, Gran Bretaña, Italia, Noruega, Países
Bajos y Turquía).
Informes ‘calientes’ sobre el fusil G36
Poniendo los pies en tierra, otros emblemáticos desarrollos armamentísticos
tampoco escapan a los fallos. El fusil de asalto 
G36 es un ejemplo.
Las autoridades alemanas llevan meses estudiando varios informes de expertos en
los que se afirma que la precisión de este arma fabricada por 
Heckler
& Koch (
HK) 
falla
en ambientes calientes o tras una serie de disparos seguidos.
El Ministerio de Defensa del país ya ha anunciado la convocatoria de un
concurso a nivel europeo para sustituir los 
G36 desde 2019 por un arma
de “nueva generación”.
En sistemas terrestres durante el año han destacado los avances de programas
de blindados como el 
Scout SV británico, valorado en casi 5.000
millones de euros, que
ha pasado a denominarse Ajax; y el 
Scorpion francés, 
encargado
a Nexter, Renault Trucos Defense y Thales a finales de 2014, por lo que ha
sido ahora cuando ha comenzado a andar firmemente este proyecto de construcción
de 2.000 vehículos.
El baile de portaaeronaves
En el ámbito naval, este año se ha seguido con interés, a veces asombro, la
aventura de los buques portahelicópteros 
Mistral encargados por Rusia
a Francia en 2011. Tras meses de desacuerdo, en los que París se negaba a
entregarlos como castigo de Occidente a la posición de Moscú en el conflicto de
Ucrania, se alcanzó un acuerdo por el que 
los
buques acabarán vendidos a Egipto (de nuevo El Cairo salva un gran contrato
a Francia).
Rusia por su parte, 
además
de vender helicópteros al nuevo usuario de los portahelicópteros que había
contratado originalmente, 
anunció
distintos proyectos con los que sustituir a los Mistral que ya
nunca le llegarán.
Más firme en el sector de las portaaeronaves es el 
proyecto
italiano de 1.100 millones de euros para un nuevo buque LHD,
que ya ha sido encargado a 
FIncantieri y 
Finmeccanica,
o el de la India, que en tres años espera contar con 
su
primer portaaviones de fabricación nacional.
Son algunos de los grandes proyectos internacionales que continuarán dando
de sí durante el nuevo año.
Fotos: Ginés Soriano Forte / Infodefensa.com y DCNS